BQ, LA PEQUEÑA EMPRESA MADRILEÑA QUE PLANTA CARA AL GIGANTE SONY.
La compañía tecnológica
exporta sus impresoras 3D a más de 50 países y acaba de asaltar el
mercado europeo de «smartphones» libres
El segundo «smartphone» –teléfono inteligente– libre más
vendido el pasado año en nuestro país era español –aunque
fabricado en China–. El segundo lector de libros electrónicos y la
segunda tableta más vendida con sistema operativo Android, también.
Desde su oficina en Las Rozas de Madrid, la empresa española BQ
sigue de cerca a Sony y está decidida a asaltar ahora el mercado
europeo. Pero a nivel mundial ya tiene otro éxito en su haber:
exporta su impresora 3D a más de 50 países, y esta sí que la
fabrica íntegramente en España, en la provincia de Navarra.
«A la gente le podrá hacer gracia que hayamos conseguido hacer
teléfonos producidos en España, y hay que contarlo porque eso es un
éxito. Pero si el año pasado se vendieron un millón de
dispositivos es porque quien los adquirió estaba satisfecho, no
porque fuéramos españoles», afirma Rodrigo del Prado, director
general adjunto de BQ y uno de los socios principales.
En apenas diez años, los fundadores de BQ han pasado de diseñar
memorias USB en el aula de informática de la Universidad Politécnica
de Madrid a ser un referente empresarial. En el camino, una cosecha
de éxitos que les ha permitido centrarse, cada vez más, en nuevos
retos. La suya es la historia de seis alumnos inquietos que soñaron
con algo más y que no tuvieron miedo de arriesgar y jugárselo todo
para conseguir lo que querían: trabajar. Pero a su manera. Ahora son
casi mil doscientos trabajadores y tienen oficinas desde las que
planean su desembarco en el mercado móvil en Francia y Alemania.
De 2010 a 2014, BQ ha pasado de facturar 3,8 millones de euros a 200,
de vender 160.000 unidades de sus productos a 2,2 millones y de ser
16 empleados a cerrar el pasado año con 1078, con una media de edad
de 31 años y procedentes de 25 nacionalidades. El índice de
satisfacción de sus clientes con su servicio técnico es de un 90%,
«lo que quiere decir que hay una experiencia BQ y que estamos
haciendo bien las cosas», comenta el fundador. En Rivas Vacia-Madrid
se ha instalado su segunda sede, donde se encuentra su servicio
técnico.
Tecnología para todos
«La tecnología no es un lujo, la tecnología es un derecho»,
afirma Del Prado. Por eso, uno de los pilares sobre los que se
asienta BQ es ofrecer un producto de calidad a buen precio, aunque
para ello tengan que prescindir de «lo último de lo último»,
señala. Desde las oficinas centrales de Las Rozas, explica la
trayectoria de la empresa que él mismo ha visto crecer y en la que,
junto a sus compañeros, se han involucrado con toda la familia. Por
ejemplo, en las navidades de 2009. Entonces acordaron con la
editorial Luarna distribuir libros electrónicos (e-readers)
importados desde China, y tuvieron que movilizar a primos, cuñados y
demás allegados para que los ayudaran a embalar. «Estuvimos hasta
las seis de la mañana metiendo libros en sus cajas después de la
cena de empresa».
BQ, la pequeña empresa madrileña que planta cara al gigante Sony
Diez mil unidades se vendieron aquella temporada, lo que les dio el
impulso necesario para crear, junto a gente de esa editorial, Mundo
Reader. Así se introdujeron en el negocio de los libros
electrónicos, y para septiembre de 2010 ya aparecieron los primeros
con su marca, «booq», comprados por Fnac y Casa del Libro para
distribuirlos con su sello. ¿Cómo pasaron entonces de «booq» a
«BQ»? «Como rápidamente nos lanzamos a por las tabletas,
decidimos quitar las dos oes, para que la marca BQ fuera más
universal», dice el directivo.
El salto más importante lo dieron en 2013, cuando lanzaron su primer
smartphone, el BQ Aquaris, y su Witbox, una impresora 3D doméstica,
el primer producto que la compañía exporta masivamente. «En agosto
de 2012 ya nos planteamos dar el salto a los teléfonos pero no los
lanzamos hasta abril de 2013. Nos retrasamos porque estábamos
tentados de hacerlos nosotros todo, pero no sabíamos. Tuvimos que
buscar mucho y encontrar un fabricante que nos permitiese cambiar
aquello que nosotros queríamos cambiar». Y lo encontraron. Su
último lanzamiento, el Aquaris E ha sido diseñado íntegramente en
España, aunque fabricado, al igual que el resto de sus productos
–excepto las impresoras 3D– en sus instalaciones en China.
Crecimiento consciente
Del Prado señala que su compañía se caracteriza por la prudencia.
«Crecemos mucho pero somos súper prudentes; siempre en base a
recursos propios». El éxito en ventas del primer smartphone fue lo
que les faltaba para tomar la decisión y «tirarse a la piscina».
Querían diseñar en España todos sus smartphones, o al menos el
interior. Por fuera, sus móviles son iguales porque «si todos son
BQ y los BQ somos poquitos, por lo menos que se nos reconozca»,
afirma.
«Nuestros móviles están preparados para irte a tomar una caña
después de trabajar. Ya no sirve la excusa de “me he quedado sin
batería”», comenta el director. Su compañía estudia con recelo
cada parte del interior de sus terminales, selecciona aquello que
cree útil y necesario y prescinde de lo que repercuta en el precio
final. Por ello se centran en la batería y, por esa razón por
ejemplo, sus teléfonos no incorporar la última tecnología hasta
que no es preciso. Como el sistema NFC –la conexión inalámbrica
presente en algunos terminales desde 2008 y que permitirá, por
ejemplo, pagar el billete de autobús con el móvil– que incluirán
sus smartphones que salen a la venta en mayo. Sobre su estrategia
destaca que no son los más económicos, porque «la clave es dar
experiencias de uso muy buenas y no puedes darlas siendo el más
barato».
Lápiz, goma, impresora 3D, kit de robótica y ordenador. Es la «caja
de herramientas» que desea para los niños de hoy en día la empresa
tecnológica, y para la que contribuye con diversos programas
educativos. Están presentes mediante una cátedra en la universidad
y trabajan también para capacitar a las futuras generaciones en el
conocimiento de nuevas herramientas. Por ello, Del Prado señala que
«tenemos que demostrar que somos capaces de hacer productos
tecnológicos que la gente demanda; eso es lo que nos habilita para
enseñar». Transmiten su conocimiento a través de su experiencia.
«Nos dijimos: vamos a hacer herramientas para que la gente haga
productos, y vamos a tratar de fomentar que la gente las utilice»,
apunta el director.
Por delante tienen todo un gran reto: el de acercar tanto a los
hogares españoles como a los colegios e institutos la programación,
la robótica y el diseño 3D –previsto ya en comunidades como la de
Madrid–. Añadir, junto a los bolígrafos y las libretas, las
nuevas tecnologías del siglo XXI.
OPINIÓN PERSONAL
He elegido esta noticia porque es muy interesante que una marca española haya podido conseguir esto, codearse con los mejores de su campo, y hacerse un hueco en el mercado mundial. Yo, por experiencia personal (tengo un BQ Acuaris E4.5), puedo decir que los BQ son baratos (respecto a productos de otras marcas), son fiables, rápidos y con mucha batería. Por último he de decir que a esta marca le auguro un gran futuro mas allá de donde esta ahora.
Fuente de la noticia:
http://www.abc.es/madrid/20150421/abci-madrid-encara-sony-201504201724.html